Salud Metabólica , la gran desconocida

Necesitamos un nuevo enfoque para la salud y el ejercicio.

Es necesario que pongamos menos énfasis en el control del peso y/o la grasa corporal) y hacer un esfuerzo para llevar ese acento hacia un mayor ajuste de nuestro metabolismo. Si trabajamos con personas que desean o necesitan mejorar su salud y estado de forma nuestro objetivo debe ser convertirles en “metabólicamente” sanos.

Para lograr una “buena condición metabólica” no es necesario tener un cuerpo delgado, ni tampoco dependerá de poseer el sistema cardiovascular de un atleta de ultra-resistencia.

En términos medico –científicos la condición metabólica = calidad en la respuesta insulínica, es decir, en cómo nuestro cuerpo responde a la hormona insulina.

Los organismos “sensibles a la insulina” tienden a tener una excelente tolerancia a la glucosa y por tanto una presión arterial normal, unos perfiles de lípidos en la sangre saludables para el corazón, y por tanto estas personas sensibles a la insulina tienen un menor riesgo de sufrir diabetes tipo II y enfermedades cardiacas que los organismos que son “resistentes a la insulina”.

La resistencia a la insulina es una afección metabólica en la que nuestras células, principalmente las del tejido muscular, hepático, adiposo, y esquelético, no responden con normalidad a esta hormona, algo que en última instancia dará lugar a trastornos en el metabolismo de los lípidos, la presión arterial, el metabolismo del hígado, etc.. La resistencia a la insulina se asocia con un alto riesgo de diabetes tipo II y las enfermedades cardiacas, y aunque los genes juegan un papel muy importante, las principales causas de la resistencia a la insulina son:

• la falta de ejercicio
• el consumo de una dieta alta en grasa (especialmente grasa saturada)
• azúcar refinado,
• y baja en fibra.

Una descripción de factores que se ajusta al estilo de vida de gran parte de nuestros clientes.

Debido a que este estilo de vida promueve la obesidad, el “síndrome de resistencia a la insulina” , también conocido como el “síndrome metabólico”, se observa con más frecuencia en las personas obesas que en las personas delgadas.
Pero esta asociación entre síndrome metabólico y persona obesa no convierte a la obesidad en la causa subyacente. Una persona obesa no está condenada a sufrir de resistencia a la insulina del mismo modo que no todos los sujetos delgados son sensibles a la insulina.
Algunos trabajos de investigación apuntan en sus estimaciones que aproximadamente una cuarta parte de los hombres y las mujeres no obesos son resistentes a la insulina.

Es posible provocar mejoras sustanciales en la sensibilidad a la insulina en cuestión de días o semanas, lo que explica por qué se registran mejoras espectaculares en la presión arterial, los lípidos sanguíneos y la tolerancia a la glucosa, de forma tan rápida en los sujetos que inician un programa de ejercicio u optan por utilizar alimentos más saludables.

Si algún día se logra aceptar el hecho de que un estado de forma física y un metabolismo saludable pueden tener aspectos, formas y tamaños diferentes, entonces el mensaje que dirigiremos a la salud pública se simplificará mucho:

Ser activo y consumir una dieta saludable conducen hacia un metabolismo sano.

 

Ración de Ejercicio.

En cuanto a la ración de ejercicio diremos que la actividad moderada (frecuencia cardíaca entre el 60 / 75 por ciento del máx.) durante 20 o 40 minutos, 5 o 6 días a la semana, resulta suficiente para reportar mejoras del nuestro estado metabólico.
La intensidad y duración del ejercicio pueden ser modificados para adaptarse a las necesidades individuales.
Si el tiempo no es un factor limitante podemos aumentar la duración en un rango de frecuencia cardíaca del 60 % del máximo. Si el ejercicio fuese de alta intensidad la duración seria de solo 20 minutos. Si a todo esto añadimos algo de trabajo para tonificar la musculatura, incrementarla donde haga falta, o evitar su perdida por efecto de la edad, habremos logrado el éxito a nivel de mantener un sistema inmune y locomotor en perfecto estado de revista.

 

Nutrición.

En cuanto a la nutrición los mejores alimentos para aumentar la aptitud metabólica son los que se encuentran principalmente cerca de la base de la pirámide de alimentos tales como los cereales integrales, la fruta y verdura, y por supuesto las legumbres. Esta lista de alimentos aportan un importante porcentaje de fibra.
Incluir suplementos de ácidos grasos omega 3 y omega 3-6-9 en nuestra dieta diaria resulta de gran importancia a la hora aportar elementos a nuestros sistemas que faciliten su retorno a una correcta gestión de la insulina y la respuesta de nuestros tejidos.